De todas las islas que visitamos en este viaje, sin duda Milos fue la que más nos gustó. Quizás por ser la primera isla que vimos, quizás por lo a gusto que nos sentimos con todas las personas con las que tratamos, o quizás por sus maravillosas playas, aunque seguramente por todo esto junto y otras muchas cosas.
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Plaka y Schinopi en Milos |
Poco antes de llegar al puerto de
Adamas, se distingue desde el Ferry la pequeña villa pesquera de Schinopi y la capital de la isla en la parte alta,
Plaka. Pronto descubriremos muchos de los tesoros que esconde esta maravillosa isla, de la mano de Eleni, la atenta y amable dueña de hotel donde nos alojamos.
El hotel está ubicado en Adamas muy cerquita (tres minutos andando) del puerto y del paseo marítimo.
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Hotel en Milos |
Creo que cuando alguien es tan bien tratado haciendo turismo, merece la pena hablar bien de esta persona y por qué no, de su hotel. El hotel en general es sencillo pero cumple bien con la habitación, la tranquilidad, la limpieza y el amplio baño (y el precio). Pero como digo lo mejor fue encontrar a Eleni (y a su hijo); una perfecta guía de la isla, y una gran anfitriona dispuesta siempre para lo que necesitases. Aprovechamos para agradecer nuevamente desde aquí su amabilidad y atención.
El pueblo de Adamas es pequeño pero tiene su ambiente pese a ser un sitio muy agradable y tranquilo. Una de las cosas que queremos hacer en Milos y que recomiendan en los foros es la excursión en barco a
Kleftiko. Este es un lugar bastante inaccesible de la isla por tierra, por lo que se organizan excursiones en barco desde el puerto a esta zona. Hay muchos veleros con sus respectivos capitanes tratando de conseguir clientes entre los turistas que pasean. A nosotros nos convenció uno de ellos (después de darle algunas vueltas al asunto) así que hicimos la reserva para el día siguiente.
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Kleftiko en Milos |
Por la noche entramos en uno de los restaurante de la zona del puerto donde cenamos 'faba', que es como un puré a base de 'arvejas amarillas' (algo así como lentejas peladas de color amarillo) pero que estaba riquísimo y cordero al limón. Además no regalaron el postre, que fue un yogur griego. Luego un paseo por el pueblo y a descansar al hotel, que al día siguiente nos esperaba el viaje en velero.